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de los grandes eventos
3.8 La fascinación de los grandes
eventos
Muy de vez en cuando el flujo continuo y planificado de imágenes
emitidas que es la programación televisiva se ve alterado por un
acontecimiento de carácter excepcional. Es entonces
cuando la Televisión es atravesada por momentos llenos de emoción
colectiva que aumentan la cohesión social de una
comunidad. A estos acontecimientos los investigadores Daniel Dayan y Elihu
Katz los denominaron con un calificativo que ha prendido en muchos lugares:
Media Events (ME), eventos mediáticos
que tienen la base de su sentido social y colectivo precisamente en su
emisión televisiva.
Los ME son acontecimientos de relevancia nacional o internacional, en
ocasiones planificados y anunciados con antelación a los potenciales
televidentes, que congregan frente al televisor a vastos sectores
sociales más allá de diferencias de sexo, edad
o clase. Se trata de acontecimientos únicos, retransmitidos en
directo, que tienen lugar obviamente fuera de los estudios de televisión.
Otra de las características de muchos de éstos acontecimientos
(calificados por el propio medio de) históricos es que tienden
a monopolizar las ondas hertzianas, puesto que varias (o incluso) todas
las cadenas los retransmiten simultáneamente.
Daniel Dayan y Elihu Katz (1995) han establecido la siguiente tipología
básica para ordenar los ME a partir de su contenido:
- Competición: retransmisiones
de grandes acontecimientos deportivos de carácter nacional o
internacional (por ejemplo, los Juegos Olímpicos, los Mundiales
de Fútbol o las finales de las ligas de campeones), o de los
enfrentamientos políticos de primer orden como el debate entre
el entonces presidente de gobierno Felipe González y el líder
de la oposición José María Aznar de 1993.
- Conquista: retransmiten la
actuación de los líderes en sus misiones históricas;
por ejemplo, la añorada llegada del hombre a la Luna, en 1969,
o la visita del Papa Juan Pablo II a la Cuba socialista, en 1998.
- Coronación: implica
la retransmisión de los ritos de “los grandes” (por
ejemplo, los funerales celebrados con motivo del asesinato del presidente
estadounidense John F. Kennedy, en 1963; la boda real británica
celebrada entre el príncipe Carlos de Inglaterra y la malograda
princesa Diana, en 1981 o la boda de la infanta Cristina Borbón
en Sevilla).
Otros grandes acontecimientos no suelen dar preaviso.
Irrumpen con la fuerza de lo imprevisible. Es el momento
en que un austero presentador suele reclamar la atención y la inquietud
de los televidentes con la clásica frase “Interrumpimos este
programa para...”
Ejemplos de este tipo de acontecimientos históricos, fuera de cualquier
guión y que tienen a la televisión como testigo privilegiado,
podrían ser la noticia del fallido golpe de Estado del 23 de febrero
de 1981 (puedes oír la retransmisión radiofónica
en la galería de audio de media-Radio) que culminó en la
madrugada del 24 cuando el rey Juan Carlos se dirigió al país
a través de TVE condenando el levantamiento militar. Más
cerca en el tiempo y de carácter mundial podemos señalar
la retransmisión, en gran parte en directo, del ataque contra las
Torres Gemelas en Nueva York el pasado 11 de septiembre de 2001.
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