Los romanos estaban muy preocupados por su
aseo personal. Se bañaban a menudo y en todas las
ciudades existían baños públicos, especialmente para los
ciudadanos más modestos que no podían permitirse el lujo
de tener baño propio en su casa. De todos modos si
solían tener al menos una bañera o un barreño para este
uso. Los baños romanos nos muestran un cuidadoso estudio
de lo que hoy llamaríamos 'hidroterapia': el uso del
agua para el cuidado de la salud.
 Recorre
el hipocausto de unas
termas
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Las termas se calentaban mediante un
ingenioso sistema de hornos y galerías llamado
hipocausto.
A menudo existían dos zonas
separadas para hombres y mujeres y, cuando esto no
era posible, había dos horarios distintos para su
utilización. | Las distintas
estancias de las termas
Apodyterium. Se
trataba del vestuario. Consistía en una sala con
huecos en las paredes para dejar la ropa. Como
estos huecos (más propiamente llamados nichos) no
estaban cerrados era costumbre dejar una propina
para que le cuidaran a uno la ropa. Si no, se
corría el riesgo de volver desnudo a
casa. |
 Reconoce elementos de unas
termas
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 Visita
las Termas
Estabianas
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Caldarium. Es la
estancia fundamental de las termas. Generalmente
era una habitación con diversas piscinas de agua
caliente mediante el hipocausto. A menudo había un
baño de vapor, o laconicum, que equivaldría a lo
que nosotros hoy llamamos
sauna.
| Tepidarium.
Se trataba de una habitación intermedia para que el paso
del caldarium al frigidarium no fuera tan brusco. Aquí
solían comer o beber
algo. Frigidarium. Normalmente es la
última sala. En esta zona había grandes piscinas para
natación. Se trataba de agua fría, como su propio nombre
indica. |